Examen Final 1 Trimestre
¿Cuál es el modelo de democracia que impera en México?
El modelo democrático en México está inscrito en la tendencia liberal libertaria, su perspectiva es representativa y procedimental. Representativa en el sentido que ofrece a los ciudadanos un método para seleccionar a la clase política que represente sus intereses, liberándolo así de tomar decisiones y dedicándose al ámbito de su vida privada. Este método de selección es elitista (un grupo en el poder), puesto que sólo permite al ciudadano la posibilidad de aceptar o rechazar, de manera frecuente, a sus gobernantes, dada su irracionalidad en materia política, puesto que eso lo incapacita para determinar la voluntad general o el bien común (Schumpeter, 1983:323). En su vertiente procedimental este modelo supone la ausencia de un contenido democrático y mira el método de votación sin objetivos específicos. La democracia es sólo un método, mecanismo o procedimiento para seleccionar a los gobernantes sin garantía de que lleguen los mejores (Sartori, 1997:35).
El sistema de partidos en México, como en muchas partes del mundo opera bajo la lógica del mercado; para ser beneficiado por el ciudadano con su voto y así ganar elecciones, se convierte en un empresario que ofrece sus políticas al consumidor –el votante (Downs, 1991:269). Pese a que en México existen más de dos opciones políticas para que el ciudadano pueda elegir la que mejor lo represente, este modelo de mercado político es oligopólico debido a que existe una tendencia a la unificación de sus propuestas u ofertas que los hace muy similares entre sí (Vázquez, 2007:339). Este problema no sería tan relevante si el votante recibiera información completa acerca de las opciones que tiene, sin embargo, los medios de comunicación que también se encuentran dentro de la lógica del capitalismo, subsisten debido a los espacios que venden a sus clientes y no a la calidad de información que ofrece a los ciudadanos. Los oligopolios y la información incompleta, entre otros elementos, problematizan el funcionamiento óptimo del método (Vázquez, 2007: 343).
Una de las críticas que se hace a este modelo donde la democracia es solo un método sin sustancia viene de la teoría democrática clásica, en donde la relación entre élites y masa se ha invertido; son ahora las masas quienes amenazan el sistema “democrático” creado por las elites en el poder y ahora son éstas las que defienden la democracia, llamando a este fenómeno “elitismo democrático” (Bachrach, 1967:29).La democracia entonces, se mantiene controlando las masas y reduciendo su participación sólo a procesos gubernamentales pero sin poder incidir en la estructura social elitista, sin ampliar el concepto de lo político a todas aquellas esferas consideradas privadas y que afectan los valores sociales. Si bien es cierto que en el proceso las élites pueden servir de guía y estímulo se debe impedir el establecimiento de la relación entre una élite dominante-creadora, y una no élite, sometida-pasiva característica de la teoría elitista (Bachrach, 1967:23), ya que las masas no son intrínsecamente incompetentes ni son materia moldeable, sin voluntad, ni ingobernables capaces de dañar la cultura y la libertad (Bachrach, 1967:20). Por ello, contrario al elitismo que camina de la mano con la democracia procedimental, Bachrach argumenta que las decisiones políticas no deben ser tomadas sólo por un puñado de hombres. La participación del ciudadano en los asuntos públicos es esencial para lograr el pleno desarrollo de las aptitudes humana.
¿Cuáles son los principales dilemas de ese modelo?
Uno de los dilemas que presenta este modelo, es la existencia de grupos de presión. La utilidad de estos grupos depende de las decisiones que tome el partido en el poder; por lo tanto, estos grupos deben persuadirlo de que las políticas que ellos desean, también las desean un gran número de ciudadanos. Al tener más información que los ciudadanos, estos grupos pueden generar mucha más influencia sobre el gobierno para aumentar su utilidad, generando con esto un sesgo a favor de los intereses de los productores en contra de los intereses de los consumidores (Downs, 1991:293-294). Con este sesgo se construyen poderes fácticos ilegales que medran el funcionamiento correcto de la democracia. De acuerdo con el texto de Schmitter y Lynn en este sentido, en las democracias modernas, los votos se pueden contar, pero solo las influencias pesan (Schmitter y Lynn, 1996:40).
La exclusión social y económica también forma parte de los dilemas de este modelo. Para Macpherson la exclusión política permite la exclusión económica y social; si se desea entonces aumentar la inclusión política es necesario fomentar la igualdad económica y social. Esto no equivale a decir que un sistema más representativo bastaría por si solo para eliminar todas las desigualdades de nuestra sociedad. Significa únicamente que la poca participación y la desigualdad social están tan inextricablemente unidas que para que haya una sociedad más equitativa y más humana hace falta un sistema político más participativo (Macpherson, 1981:114). Este dilema por tanto, acarrea graves restricciones a la ciudadanía.
Las dinámicas del mercado, a partir de las reformas que impulsa el modelo neoliberal, afectan y reorganizan la vida en sociedad. Es en esta reorganización, que el papel de la política cambia y deja de ser una instancia privilegiada de representación y coordinación que ve alejada su influencia sobre los procesos económicos. Este dilema tiene que ver con el hecho de la existencia de una relación tensa entre el Estado y el Mercado, ya que la política democrática ve muy restringido su marco de acción y deja de disponer de los medios adecuados para operar como eje organizativo de la vida social. (Lechner, 1996:8)
La autonomía del sistema democrático es precaria puesto que no es independiente de las presiones políticas impuestas desde el extranjero. Lo nacional en tensa relación con lo internacional cobra en la actualidad gran relevancia pues afecta de manera importante el concepto de Soberanía en los estados. ¿Es realmente democrático un sistema si sus funcionarios electos son incapaces de tomar decisiones sin tener la aprobación de actores que están fuera de su dominio territorial? (Schmitter y Lynn, 1996:43).
Si bien el capitalismo debe ser una condición necesaria para la democracia, la problematización que trae consigo la tensión entre Capitalismo-Democracia es estructural. Mientras que un gobierno democrático debe ser equitativo, el capitalismo reparte de manera inequitativa. Es necesario entonces, modificar de manera significativa el capitalismo para que sea compatible con la democracia (Offe y Schmitter, 1995:16).
¿Cuál considera que es el modelo de democracia que debiera existir en México? ¿Qué debe modificarse para que dicho modelo exista?
La democracia en México es puramente electoral, donde las élites partidistas compiten por el voto ciudadano, y una vez realizada la elección, la participación es muy limitada. Si bien es cierto que es necesario reducir de manera importante las desigualdades económicas y sociales a través de la implementación de políticas redistributivas; adecuar el sistema de procuración e impartición de justicia para evitar la impunidad; mejorar los niveles de control ciudadano al gobierno, entre muchos otros, es de vital importancia solucionar el gran problema de la exclusión de los ciudadanos comunes mediante la construcción de políticas públicas más incluyentes para garantizar una perfecta construcción de la ciudadanía. Dotar a la democracia de un sustento que garantice derechos a los ciudadanos por encima de la economía, de los intereses externos, de las desigualdades internas y de los grupos de presión. Para lograr esto es necesario dar un salto del procedimiento a la sustancia.
Para Ferrajoli, es necesaria una redefinición jurídica de la democracia. La democracia no es democracia si sólo se sustenta en sus procedimientos y formas; hace falta algo más que de legitimidad a esas decisiones de las mayorías, por lo tanto, su poder debe ser limitado, debe estar sujeto a derecho, con esto se garantiza la igualdad entre los derechos de la mayoría y los derechos de las minorías (Ferrajoli, 2001:14). Este es el paradigma de la Democracia Constitucional.
Estando los derechos fundamentales en calidad de normas, no dispuestos por ellas, e incluidos en las constituciones como otras tantas normas sustanciales, los ciudadanos son titulares de esa parte sustancial de la constitución. Una vez estipulados constitucionalmente, los derechos fundamentales no son una cuestión de mayoría y deberían estar sustraídos también al poder de revisión. Elevados a normas de ordenamiento, tales derechos confieren a sus titulares una colocación sobre-ordenada al conjunto de los poderes, público y privado; es aquí donde reside la Soberanía, en esa común titularidad (Ferrajoli, 2001:23). Los derechos fundamentales como “contra-poderes” sobre los derechos públicos, las maquinas políticas y sobre los aparatos administrativos, es ahí donde está el significado profundo de la democracia (Ferrajoli, 2001:24). Establecidos los límites de su poder, las mayorías no podrán pasar sobre los derechos de las minorías, abonando con esto el camino al pluralismo característico de las democracias y al respeto, protección y garantías a los proyectos individuales y colectivos.
En democracia la mayoría reconoce los derechos de las minorías dado que acepta que la mayoría de hoy puede convertirse en minorías mañana y se somete a una ley que representará intereses diferentes a los suyos pero no le negará el ejercicio de sus derechos fundamentales. La democracia no reduce al ser humano a ser únicamente un ciudadano; lo reconoce como un individuo libre (Touraine, 1994:28).
Bibliografía
-Bachrach, Peter. (Primera edición en inglés 1967). Crítica de la teoría elitista de la democracia. Buenos Aires: Amorrortu.
-Downs, Anthony. En Joseph Colomer. Lecturas de Teoría Política Positiva. (1991) Madrid: Instituto de Estudios Fiscales
-Ferrajoli, Luigi. (2001). “Sobre la definición de democracia” en Luigi Ferrajoli y Michelangelo Bovero. Teoría de la democracia. Dos perspectivas comparadas. México: IFE. Colección: temas de la democracia. Serie: Conferencias magistrales.
-Lechner, Norbert. (1996). “Las transformaciones de la política.” en Revista Mexicana de Sociología, Núm. I, México: UNAM. enero-marzo.
-Macpherson, C.B. (primera edición en inglés 1977). (1981). La democracia liberal y su época España: Alianza editorial.
-Offe, Claus y Philippe Schmitter. (1995). Revista Internacional de filosofía política. No. 6. Diciembre. Madrid.
-Sartori, Giovanni. ¿Qué es la democracia?.(1997) México. Nueva Imagen.
-Schmitter, Philippe y Terry Lyn Karl. (1993). “Qué es... y qué no es la democracia” en Larry Diamond y Marc Plattner. El resurgimiento global de la democracia. UNAM: Instituto de Investigaciones Sociales.
-Schumpeter, Joseph. (Primera edición en inglés 1942). (1983) Capitalismo socialismo y democracia. Tomo 1. Barcelona: Ediciones Orbis. 1983.
-Touraine, Alain. (1994) ¿Qué es la democracia? México: Fondo de Cultura Económica.
-Vázquez, Daniel. (2008) Guía de Teoría de la Democracia. México: FLACSO